Durante las últimas horas trascendió que Petroperú dejaría el negocio de la distribución del gas licuado de petróleo (GLP) en Lima y Callao con el propósito de no interferir en la modernización de la refinería de Talara.
Es el mismo argumento que el gobierno esgrimió para el retiro de la estatal de las actividades de explotación en los lotes III y IV, en los que Petroperú era socio de Graña y Montero. La inferencia inmediata es que se trataría de un nuevo cambio de la política energética del presidente Ollanta Humala, con el Estado retirándose de la exploración, explotación y comercialización de hidrocarburos.
Sin embargo, esta tarde la empresa aclaró que continuará en el negocio en todo el país, y que más bien planea reforzar su infraestructura con el propósito de asegurar una adecuada atención de la demanda existente.
"Mientras el proyecto se desarrolla, se ha contratado una nave de 45 mil barriles como almacenamientro flotante para atender el mercado", dijo Petroperú en un comunicado.
Y añadió que durante los siguientes días entrarán en servicio otras tres nuevas esferas de almacenamiento para GLP en la refinería de Talara, con una capacidad de 60 mil barriles, que se adicionarán a los 50 mil barriles con los que operaba la refinería.
El diario El Comercio recuerda que inicialmente eran dos barcos, pero que debido al alto presupuesto que demandaba, la compañía prefirió construir esferas para almacenar el GLP.