Japón prefiere ser un aliado económico de EEUU y rechazó ser miembro fundador del nuevo banco de desarrollo asiático encabezado por China.
En octubre pasado, China propuso la creación del Banco Asiático de Infraestructura Inversión (AIIB - Asian Infrastructure Investment Bank) con el propósito de disminuir la excesiva influencia regional que tienen EEUU y Japón madiante el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo. La nueva entidad contaría con un capital inicial US$50,000 millones para financiar la construcción de infraestructuras en países emergentes y en desarrollo. Y ayer, 31 de marzo era la fecha límite fijado por China para convertirse en miembros fundadores.
Taro Aso, ministro de Finanzas japonés, mostró su preocupación por la poca transparencia de las operaciones de la nueva entidad. "No tenemos más opción que ser precavidos sobre nuestra participación en el AIIB", dijo en conferencia de prensa. Asimismo, repitió las objeciones de EEUU en cuanto a que el banco sería un desafío a instituciones como el Banco Mundial. Por su parte, el primer ministro Shinzo Abe afirmó que por razones estratégicas a Japón le conviene seguir estando del lado de EEUU. "EEUU ahora sabe que Japón es digno de confianza", subrayó.
Las dudas de Tokio sobre el correcto asesoramiento del impacto social y medioambiental que tendrán los proyectos que financiará el AIIB son otra razón esgrimida por Aso, quien descartó también los rumores que decían que Japón podría unirse al AIIB en los siguientes meses.
Por otro lado, cabe destacar que EEUU ha instado a sus aliados a abstenerse de unirse a la nueva entidad financiera. No obstante , el número de países fundadores supera los 40 e incluye a Reino Unido, Alemania, Italia, Francia, Australia y Corea del Sur (estos dos últimos los socios militares más cercanos de EEUU en la región). Rusia anunció ayer que en dos semanas se unirá al grupo. El nuevo banco anunciará este mes a sus miembros fundadores y tiene como objetivo comenzar a operar a finales de este año.
Para The New York Times, el hecho de que tantos aliados de EEUU se hayan sumado a esta iniciativa financiera demuestra la creciente influencia económica de China, que se ha convertido en el mayor socio comercial de muchos países de la región.
El diario estadounidense considera que la decisión japonesa se podría explicar por la necesidad de tener como aliado a EEUU en la confrontación que tiene Japón con China respecto al control de las islas deshabitadas en el Mar Oriental de China, que son reclamadas por ambas naciones.