Escribe: Moisés Navarro
La noche del 30 de marzo hubo desconcierto entre los seguidores de la página de Facebook del DJ inglés Calvin Harris. De pronto, su foto de display cambió a un recuadro turquesa. Algunos comentaristas pensaban que se trataba de una forma de solidaridad con el autismo (en abril se celebra el Día mundial del Autismo y el color de la campaña de sensibilización es el azul), pero era en realidad un truco publicitario. Harris estaba anunciando el lanzamiento de Tidal, un servicio de streaming de música en el que varios artistas han invertido su propio dinero.
El rapero Jay Z es el rostro público de Tidal. Él fue quien a principios de marzo compró Aspiro, la empresa dueña del servicio de streaming, por US$ 54 millones. En el reciente lanzamiento lo acompañaron Madonna, Beyonce (su esposa), Jack White, Calvin Harris, Daft Punk, Alicia Keys y muchos otros artistas más. La expectativa generada hizo que las acciones de Aspiro se dispararan en 938%, para luego estabilizarse.
“La gente siente que la música es gratuita, pero paga US$ 6 por una botella de agua cuando puedes tomarla del caño”, declaró Jay Z a Billboard. El rapero criticó esta forma de pensar y dijo que con Tidal, los artistas van a retomar el poder en el mercado de la música.
El servicio de streaming ofrece dos tipos de suscripciones: una de US$ 9.99, que proporciona reproducciones de calidad estándar, y otra de US$D 19.99, con reproducciones de alta calidad. En ambos casos el usuario tendrá acceso a contenido exclusivo. Pero no ofrece suscripción gratuita, como sí lo hace Spotify. ¿Le funcionará el negocio?
Lo caro sale caro
Muchas de las recientes críticas a Tidal se enfocan en el precio de suscripción. Hay quienes dicen que es simplemente una forma de darle más dinero a un puñado de músicos que ya son bastante ricos (pueden ver los ingresos de algunos de los accionistas al final de la nota). Incluso artistas como Lilly Allen se han mostrado escépticos. “Te quiero mucho Jay Z, pero TIDAL es demasiado caro en comparación a otros servicios que funcionan a la perfección. (…) Con ello la gente solo se irá a portales piratas”, dijo. ¿Tiene razón?
Los US$ 20 que cobra Tidal son un costo bastante alto en comparación con lo que cobran por suscripción otros servicios. Un análisis más profundo demuestra que incluso puede ser contraproducente. David Touve, de la Universidad de Virginia, escribió en Rocknomics que la cifra ideal es aproximadamente US$ 6, pues así se encuentra un mayor público dispuesto a suscribirse y, por ende, se logran mayores regalías.
Lo cierto es que el negocio ha crecido mucho en tan solo cinco años, y Jay-Z y sus socios parecer estar apostando por la posibilidad de que, sobre esa base, florezca un sector premium. Según información recogida por el Financial Times, entre el 2008 y el 2013 los ingresos por streaming han pasado del 2% del total de la industria de la música, al 11%. Y parece que seguirán creciendo: el informe Global Enterntainment and Media Outlook 2014- 2018 de PWC pronostica que las ventas mediante este tipo de servicio tendrán un incremento anual promedio de 13,4% hasta el 2018.
Las ganancias
En el fondo, Jay Z y sus millonarios accionistas buscan atacar el problema del decreciente ingreso que tienen los artistas por su trabajo. Y es verdad que la tecnología ha puesto al viejo modelo contra la pared. Las cifras son contundentes.
En el 2010, el periodista David McCandless publicó una inmensa infografía (pueden verla al final de la nota) mostrando cuántas veces debían los usuarios darle play a una canción para que el intérprete gane el sueldo mínimo estadounidense (US$ 1.260). El mes pasado hizo una actualización al 2015, y las cifras siguen siendo impactantes. Por ejemplo, un artista tiene que vender 818 discos a US$ 12 para ganar el sueldo mínimo, mientras que para alcanzar dicho monto en Spotify requiere más de un millón de reproducciones. La cifra para Tidal es considerablemente menor: 184.859 veces.
Una industria con cambios tan radicales como la musical requiere respuestas ingeniosas en el modelo de negocio. ¿Tidal lo es? Para el portal Vox, simplemente se trata de una versión más cara de Spotify y “ese no es el cambio que requieren los servicios de streaming”. Sin embargo, como señala la web especializada en música Pitchfork, aunque no alcance sus metas de suscripción, Tidal tiene “el potencial de cambiar el enfoque del debate sobre el arte y cómo este debe ser valorado”. Y, en realidad, ese ya sería un buen aporte.
Los 16 stakeholders:
(Entre paréntesis, los ingresos que tuvieron entre junio del 2013 y junio del 2014, según Forbes)
Jay Z (US$ 60 millones)
Beyonce (US$ 115 millones)
Rihanna (US$ 48 millones)
Calvin Harris (US$ 66 millones)
Jason Aldean (US$ 37 millones)
Kanye West (US$ 30 millones)
deadmau5 (US$ 16 millones)
Jack White
Arcade Fire
Usher
Nicki Minaj
Coldplay
Alicia Keys
Daft Punk
J Cole
Madonna