El debate sobre la desinversión en combustibles fósiles acaba de volver a encenderse, tras la publicación de un nuevo informe según el cuál, independientemente de la caída de los precios del petróleo y el gas, a los inversionistas que eliminaran el sector de sus portafolios les hubiera ido mejor que a quienes lo retuvieran, desde 2010 a la actualidad.

El reporte viene de la firma de analistas MSCI, que sigue el desarrollo de unas 6,000 fondos globales en su respetado All Country World Index, y está basado en un índice especial creado para generar el análisis de la desinversión: el ACWI Ex Fossil Fuel Index. Este índice, lanzado el año pasado, analiza 9,500 de las mayores firmas globales negociadas públicamente, con una capitalización total de US$37 billones. 

Comparando los dos índices desde noviembre de 2010, MSCI descubrió que, en retornos netos, los fondos de inversión "limpios" de combustibles fósiles superaron a los que no lo son en 1,8% en 2012 y 1,53% en 2013 (es decir, antes de la caída de los precios). 

En promedio, según reporta el diario británico The Guardian, los inversionistas sin combustibles fósiles en sus portafolios obtuvieron una tasa de retorno de 13% desde 2010, mientras que los inversionistas convencionales obtuvieron una de 11,8% en el mismo periodo.

No es una brecha insalvable, pero sí es significativa. Y viene a sumar malas noticias para la industria del petróleo y el gas, que puede empezar a sentir los efectos en términos de problemas de crédito y capitalización de largo plazo. Como ha recordado el portal Businessgreen al reportar esta misma noticia, la industria ha mantenido una campaña contra la desinversión, aduciendo que no es efectiva para luchar contra el cambio climático y que puede dañar un portafolio de inversiones.

Desinvertir en combustibles fósiles es una estrategia para aquellos inversionistas preocupados por la posibilidad de que su capital quede atrapado en inversiones no redituables, conforme el mundo transiciona hacia una economía de recursos renovables, dice MSCI. Y ciertamente, el interés en esta estrategia ha aumentado en tiempos recientes, bajo presión de grupos de activistas y una creciente aceptación de la idea por parte de muchos inversionistas.