En un nuevo esfuerzo por frenar la galopante corrupción en China, el gobierno de Shanghái aprobó una normativa que restringe a familiares de altos funcionarios públicos manejar empresas privadas, una tendencia que se ha visto bastante repetida en los últimos años. 

Desde que el presidente Xi Jinping lanzó una importante campaña contra la corrupción, esta es una de las medidas más directas para poner coto a las prácticas irregulares dentro de muchas de las familias más adineradas en el gigante asiático.

La expectativa de Xi es que Shanghái lidere este proyecto piloto anticorrupción para que en el futuro se extienda a todo el país. La medida alcanza a todos los funcionarios con nivel de vicedirector de departamento y superiores, en instituciones como el Gobierno nacional y obiernos locales, el Partido Comunista y todas las empresas estatales, según informa Reuters.

La normativa prohíbe a las mujeres e hijos de empleados públicos registrar negocios particulares o ser socios de empresas, así como invertir en ciertas compañías locales o posee negocios en el extranjero que también operen en China.

"No se puede tener un pastel y también comerlo. Si eliges ser funcionario, no puedes tener negocios y enriquecerte", señaló el líder comunista de Shanghái, Han Zheng.

Desde hace varios años, el comportamiento de familiares de altos funcionarios han sido descubiertos por oscuros manejos económicos. Incluso, miles de esos funcionarios han sido expulsados de sus labores y sus familiares han tenido que migrar al extranjero.